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¿Qué rutina de suplementación debo llevar adelante?

La estabilidad es un factor de vital importancia en la suplementación de vacunos en pastoreo, y para alcanzarla deben respetarse los tiempos de la alimentación. Todo cambio en la rutina de suplementación debe hacerse progresivamente.

Los bovinos tienen gran capacidad de adaptación a dietas de alta concentración energética. Sin embargo, el éxito de la suplementación depende del acostumbramiento progresivo del rumen a las mismas. Es conveniente empezar con cantidades bajas de suplemento por animal y por día, aumentando hasta alcanzar el nivel planeado. Por ejemplo, si el objetivo es suplementar con 4,5 kg/cabeza/día, hay que empezar con 500 g/cabeza durante 2 días, continuar con 1 kg/cabeza durante 3 días e incrementar 1 kg cada 3 días hasta alcanzar el nivel de 4,5 kg/cabeza/día.

La elección del nivel se expresa en proporción o porcentaje del peso vivo del animal. Seleccionado de esta manera, la cantidad es variable y acompaña al aumento de peso del animal. De lo contrario, una cantidad fija implicará proporciones decrecientes en la medida en que el animal crece. La elección del nivel de suplementación deberá realizarse en proporción al consumo total esperable de alimentos (suplemento + pasto) en base seca. Aunque la estimación del consumo animal es compleja, una referencia de base la provee el 3% del peso vivo (sobre base seca y por día). Se asume que los novillos en invernada sobre pasturas de buena calidad y con suplemento concentrado estarían dispuestos a comer una cantidad de alimento diario (en base seca) equivalente al 3% de su peso. Las experiencias indican que para terneros, vaquillonas o novillitos en aumento compensatorio tienen que suministrarse valores algo superiores (3,2 a 3,4% del peso vivo) y para novillos pesados en terminación valores algo inferiores (2,8 a 3%). Esta referencia permite estimar la proporción de la dieta diaria que se asignará al suplemento. Así, si se suplementa con maíz molido a razón de 1,2% del peso vivo a vaquillonas de 250 kg implica que estarán recibiendo 3 kg (base seca) de maíz por día. Si el consumo diario total esperado fuera del 3,2% del peso, la suplementación representaría el 37,5% de dicho consumo.

El consumo tiene que ser estable y homogéneo en el lote. Los lotes parejos en tamaño tienden a tener consumos similares y menor incidencia de empachos. Algunas herramientas pueden ser utilizadas para intentar homogeneizar el ritmo de consumo: sal entrefina o gruesa, saborizantes, heno picado o humedecimiento de los granos.

El agregado de sal (del 0,5 al 3%) al suplemento ayuda a reducir la velocidad de consumo, el sobreconsumo de suplemento, o por el contrario, para estimularlo ante situaciones que por diversos motivos, los vacunos no lo comen en la medida esperada.

Los saborizantes son aditivos empleados para normalizar o mejorar el sabor o el olor de los alimentos, facilitando así el consumo de los mismos. Los saborizantes y aromas proporcionan sabor y olor, normalizando a los alimentos integrados por distintos ingredientes, de manera que mantengan el sabor y el aroma aunque se modifique su composición. Con ello se busca que el consumo no sufra alteraciones. Empíricamente se ha podido determinar que las preferencias por distintos sabores difieren con la edad de los bovinos. En consecuencia, se necesitan sabores y aromas especiales para cada categoría.

Mezclas con heno picado. Todos los esfuerzos tendientes a aumentar el volumen del suplemento que se ofrece y controlar la velocidad consumo y de fermentación son positivos, especialmente si el tamaño de los lotes es grande o el espacio de comederos es limitante. Mezclando el grano o el suplemento con heno desmenuzado o picado grosero permite un mejor control de la suplementación, reduce la velocidad de consumo y disminuye los riesgos de sobreconsumo. El heno no debería, sin embargo, superar el 25% de la mezcla ya que su inclusión reduce la concentración de energía digestible ofrecida. Los granos enteros y fibrosos, como la avena, tienen efectos retardadores de la velocidad del consumo. Formando parte de la mezcla ofrecida, reducen la incidencia de empacho.

Es factible agregar agua al grano hasta un 25% de humedad sin afectar el consumo energético total. El grano debe absorber el agua y ofrecerse húmedo entero o aplastado. El silaje de grano húmedo es una opción con efectos similares en este sentido. El olor proveniente de los ácidos de la fermentación en el silaje ejerce efectos de depresión de la tasa de consumo aunque no afecta el consumo total de suplemento en los rangos de uso frecuente (0,5 a 1,5% del peso vivo).

La suplementación energética se debe realizar diariamente. El acostumbramiento se logra de manera lenta y progresiva pero se pierde rápido en dos o tres días, si por algún motivo se interrumpe la rutina de alimentación. Se debe reiniciar, siempre, con una cantidad igual o menor a la que se interrumpió. Nunca hay que compensar el alimento no entregado.

La hora de distribución dependerá del objetivo de la suplementación y de la interacción del pasto y el suplemento.

Si se busca no interferir con el pastoreo del animal, es conveniente suplementar cerca del mediodía o al atardecer. En invierno es conveniente suplementar en el encierre antes de largarlos al potrero, esperando que se levanten las heladas o si se hace encierre nocturno con rollos, se puede suplementar media ración a la tarde, en el momento del encierre y el resto en la mañana siguiente antes de largar al potrero. Este manejo genera efecto sustitución, pero en algunos planteos de invernada, el objetivo es «estirar el pasto» y complementar nutrientes sin perjudicar la ganancia de peso. En primavera, cuando existen casos de empaste es importante racionar a los vacunos antes que entren a la parcela. De esta manera no entrarán hambreados y disminuirá el riesgo.

El comportamiento de los animales puede variar en función de su tipo, edad y estado fisiológico.    Los animales adultos (vacas de cría, toros, novillos pesados) se acostumbran y adoptan mejor las rutinas que los animales jóvenes. Si el suplemento no es aceptado al comienzo, es necesario acercar los animales a los comederos y observar el consumo. Se puede comenzar cerca de la aguada y luego que se han acostumbrado al suplemento se pueden trasladar los comederos a otro sector para mejorar el pastoreo. Si es factible, es mejor ofrecer la cantidad diaria por mitades que de una sola vez.

Los cuidados respecto del momento, forma y cantidad de suplemento serán mayores a medida que aumentan el procesado del grano, la cantidad ofrecida diariamente y la irregularidad en el lote de animales.